Los primeros días hemos realizado visitas a las familias, llevando la imagen de la Virgen. Las respuestas que recibimos han sido variadas: desde la apertura fraterna a la indiferencia -por la inseguridad y violencia que vive el barrio-.

 

Damos gracias a Dios por compartir en esta misión confiada, nuestra fe, ya que ha sido un intercambio de experiencias enriquecedoras para todos los grupos.

 

Los momentos de oración y formación han sido intensos y profundos. En las adoraciones eucarísticas a Jesús buen Pastor ofrecíamos las intenciones de las familias visitadas y también las de nuestros grupos de misioneros -conformados por miembros de los grupos de animación como los misioneros propiamente-.

Mientras vivíamos el último día de misión, realizamos un retiro vocacional en el que participaron 10 jóvenes que presentaron inquietudes vocacionales y que pertenecen a los grupos; fue dirigido por las Hermanas María de los Ángeles Seijo, Lupita Gallardo Ortega y Mariana Basualdo.

 

Otro momento muy particular y enriquecedor para los jóvenes de los grupos fue que tuvimos la grata alegría de compartir y conocer más de la Familia Paulina con la presencia de miembros de otros institutos como las Hermanas Cecilia y María Paz, de las Discípulas del Divino Maestro, y el P. Ricardo, de la Sociedad de San Pablo y un cooperador, y Hna. Marisa Loser, que nos presentó el árbol de la Familia Paulina, haciendo hincapié en la misión de los Cooperadores dentro de la misma.

Este encuentro se realizó en la Comunidad Beato Alberione que nos prestó muy gentilmente el lugar: un hermoso parque y quincho del que los jóvenes se sintieron muy atraídos por su belleza.

Después de esta semana intensa pero alegre y fraterna, el grupo de las "Voces del Buen Pastor" y "María Madre del Buen Pastor" de Bolivia, regresaron a su país, comprometiéndonos a rezar los unos por los otros hasta el próximo encuentro.