Grupos Maria Madre del Buen Pastor y Ecos del Buen Pastor

Misión 2006 en San Cristóbal (Santa Fe - Argentina)

Testimonios

 

Durante el año trabajo esperando que llegue la “Misión”; el año pasado fue un poco agotador, sólo Dios sabe cómo hice lo que hice (muchas horas de estudio, de preparación de los encuentros de catequesis, las reuniones de grupo, aunque eran una vez por mes eso implicaba que a veces un fin de semana no viera a mis sobrinos, etc). Durante el mes de diciembre organizamos la misión en medio de finales, evaluaciones integradoras, mesas de exámenes, etc. (fue un mes muy movidito que sólo gracias a Dios pude llegar) En la última reunión pre-misión éramos poquitos, los pasajes cada vez aumentaban más, debíamos confirmar quienes viajaban y el dinero cada vez nos alcanzaba para menos cantidad de pasajes, me angustiaba mucho esta situación porque veía cómo quedaban cada vez más misioneros en el camino. Gracias a Dios cada vez que preparaba cosas para la misión, por más sencillas que fueran, obtenía fortaleza y alegría porque sentía que estaba cada día más cerca de la misión.

 

Cuando llegaban a la Terminal de ómnibus muchos se reían de mi valija porque tiene un tamaño que no pasa desapercibida, pero no se daban cuenta que mi valija espiritual era de mayor tamaño, iba cargada de servicio, disponibilidad, caridad, fortaleza y mensajes para mis hermanos (de San Cristóbal y misioneros). ¿Cómo volvió mi valija? Colmada de nuevas experiencias, aprendizajes y amor.

Nuevas experiencias: Tuve el honor de misionar con seis misioneros este año (nunca misioné con tantos, fue por gracia de Dios porque Él organizó los grupos). Gracias a Dios esta misión fue la primera a la que asisto como coordinadora, para mí es algo muy importante porque fui elegida y confiaron en mí mis compañeros de grupo y por lo que significa: yo recibí mucho de parte de Jesús Buen Pastor y Maria Madre del Buen Pastor, ahora debo trabajar colaborando con las hermanas Pastorcitas y dar un poco de lo recibido a mis hermanos. Antes no me acostumbraba a que me dijeran Coordinadora, pero en la misión pude superarlo gracias a algunas personas.

 

 

                             

Aprendizajes: Los misioneros y hermanas con los que compartí esta misión eran muy distintos, todos tienen mucho para dar, pude compartir con ellos y aprender algo de todos. Me llama mucho la atención y todavía no sé por qué Dios quiso que misionara con tantas personas, lo que puedo rescatar es que aprendí de cada uno de ellos:

 

Micaela: transmitir ternura, amor y regalar esa sonrisa que algunas personas no pueden darla es muy importante, le transmite el Amor de Jesucristo.

Hna. Silvia: transmitió mucho su amor a Jesucristo y defendió el honor de Él cuando alguien le dijo que las personas decían que “Dios no es el Todopoderoso”.

Juan: su silencio acompaña y mucho, tuve el honor de escuchar su primer predica (aunque no me dejaron escuchar la segunda) y es muy paciente.

Leo: con su sencillez y silencio acompañaba y observaba (pienso que María acompañaba de la misma manera que él).

Javier: estaba un poco bajoneado por cómo le cerraban las puertas, al misionar con mi grupo lo invitaron a pasar en una casa y “predicó”, Dios sabe por qué hace las cosas y era más necesario que él llegara a esa casa, una señora depresiva pudo comprender que Dios la ama, que recibía a Dios al recibirnos y que ella también podía dar, como lo había hecho con nosotros, nos atendió con una sonrisa y nos abrió todas sus puertas (algo maravilloso). SANDRO: otro predicador, llegamos a una casa donde nos abrieron sus puertas, era una familia joven con cinco niños, el esposo se sentía herido por una religión impuesta, no podía comprender que Dios es el Creador, el joven quedó más tranquilo y con menos dudas, rezó en familia con nosotros.

 

Dios nos da la fe, pero nosotros debemos alimentarla. Debemos misionar en nuestros barrios, no sirve que un pueblo tenga misioneros si no trabajan en él. Debemos compartir, aunque nos duela, porque donde esté nuestro tesoro estará también nuestro corazón.

       

 

                   

 

Amor: Dios nos habla con la miradas de nuestros hermanos, al observarlos uno ve cómo Dios nos dice “Gracias”, “Te estaba esperando”, “Yo tu Dios te Amo”, Dios se encuentra en el corazón humilde.

 

Observemos, Jesús dijo “Dejen que los niños vengan a mí porque ellos son los herederos del Reino de los Cielos” y quienes nos acompañaron siempre fueron los niños.

 

La oración es lo principal para sostener una misión, durante el año hubo poca como grupo y Dios nos dijo “hace falta oración”, ¿y qué paso? Muchas personas se debieron quedar y nos acompañaron con oración. Dios nos pide más oración.

 

 Marisa