Delegación Argentina - Bolivia

Premio Sentido de la Vida 2010

 

El 27 de septiembre de 2010 se ha realizado la celebración de entrega del Premio Sentido de la Vida, en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de la ciudad de Buenos Aires. La entrega de este premio se realiza desde 1992 a personas o instituciones en reconocimiento por su trayectoria a favor de la transmisión de los valores del hombre en orden a la trascendencia. Cuenta con el auspicio del Arzobispado de Buenos Aires y de la Secretaría de Cultura de la Nación. Es otorgado por el Centro de Psicología Existencial y Logoterapia (CPEL), cuyo director es el Prof. Lic. Eugenio Pérez Soto.

 

Desde hace cuatro años participo de la entrega de este premio, como miembro docente de este Centro y dedicada especialmente a la organización del área litúrgica, ya que la entrega se enmarca en una celebración ecuménica de la Palabra. Como otros años además he participado con el canto y la música, especialmente cantando el salmo elegido y animando a participar a los concurrentes en la oración.

 

 

 

Este año ha sido muy particular porque ha sido premiado Nelson Mandela, que ha querido estar presente a través de la embajada de África y su representante. También ha estado presente la representante de la embajada de Austria (país de origen de Víctor Frankl).

 

 

Participar de la vida y del crecimiento de este Centro que, desde la fe católica y el empeño en la nueva evangelización, busca aliviar y acompañar en la búsqueda del sentido a las personas dolientes de nuestra sociedad, así como también participar en el Premio Sentido de la Vida, es para mí un gozo que reaviva continuamente mi vocación de Pastorcita, cualificando mi acompañar en la vida a tantos hermanos sedientos de luz, de consuelo, de fe, de calor humano y fraterno. Es un espacio nuevo de misión y de entrega, que también exige un comprometido y profundo crecimiento espiritual y la vivencia de los valores del Reino en el amor, a nivel personal como fraterno.

 

El Buen Pastor sigue conduciendo mi vida por las praderas de la cotidianidad y los escarpados valles de la conversión continua, haciendo extraordinario lo ordinario, por la permanencia en el amor que da sentido a la vida.

 

Hna. María de los Ángeles Seijo sjbp