Delegación Argentina - Bolivia

Profesión Perpetua de la Hna. Ana María Suárez

 

“Permaneced en Jesús y tendréis la gracia y la fuerza

de ser fieles a vuestra vocación”

Beato Santiago Alberione

 

Con profunda alegría y acción de gracias, el 23 de mayo de 2010, Solemnidad de Pentecostés, he realizado mi Profesión Perpetua en mi parroquia de origen: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, San Miguel (Buenos Aires). Presidió esta celebración Eucarística el Padre Julio César Merediz sj, párroco de la comunidad, concelebrada por tres sacerdotes Paulinos: P. Fernando, P. Rubén Darío y P. Albino, y el P. Pablo Pinamonti, párroco de la comunidad de Serrano, donde resido actualmente.

 

 

Mientras me acercaba en procesión al altar junto a los monaguillos, mi mamá, mi hermano Juan, Hna. Marisa, Hna. Rosita y los sacerdotes, experimenté el gran amor de Dios Padre que me invitaba a gozar de su presencia y a abandonarme en sus manos, por la fuerza de su Espíritu Santo. Ha sido un momento muy hermoso. Fue muy significativo también para mí realizar mi Profesión Perpetua en Pentecostés, recordando que en mi Confirmación había experimentado la cercanía y este profundo amor de Dios.

 

¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras!

Salmo 103,31

 

 

Realmente como nos decía el Evangelio de ese día: “¡La paz esté con ustedes!”, durante toda la celebración Eucarística, especialmente mientras emitía mi Profesión Perpetua, Jesús Buen Pastor me concedió la gracia de sentir su amor, su paz y su cercanía. Todo el camino recorrido ha sido obra suya: el llamado, la perseverancia y ahora la entrega definitiva a Él y a su pueblo. “Reciban el Espíritu Santo”: ahora el Señor me envía a su pueblo, con la certeza de la asistencia y la fuerza de su Espíritu. ¡Bendito seas mi Señor!

 

Hna. Marisa Loser, superiora delegada, me ha recibido en nombre de la Iglesia y de la Congregación entre las Hermanas de Jesús Buen Pastor, junto a las Hnas. Rosita Szöke (superiora de mi comunidad) y Claudia Davis, quienes fueron testigos de mi “sí” definitivo.

 

El sacerdote invoca el Espíritu Santo sobre la profesanda

 

La Hna. Ana María, con la mano sobre el libro de los Evangelios, pronuncia la fórmula de la Profesión Religiosa

 

Luego sella con su firma el compromiso de "vivir casta, pobre y obediente por toda la vida,

según la Regla de las Hermanas de Jesús Buen Pastor"

 

Firman también la superiora delegada y las testigos

 

En esta celebración también me acompañaron: la comunidad parroquial, mi familia, mi mamá y seguramente mi papá desde el cielo, mis hermanos, sobrinos, tíos, amigos del grupo juvenil, algunos vecinos, un grupo de jóvenes y adultos de la parroquia de Serrano (Córdoba)donde estoy actualmente colaborando, las Hnas. de la comunidad Beato Alberione, las Hnas. de la Casa Sede, Hna. Natalia (es una de las Hnas. que realizó los primeros votos conmigo) de la comunidad de Salta, el grupo “Amigos de Jesús Buen Pastor”, quienes han colaborado en toda la preparación y animación, y por supuesto, mis Hnas. de comunidad: María de los Ángeles, Alejandrina y Romina (aspirante). Igualmente he sentido la cercanía de todas las Hnas. desde la oración y la Eucaristía. ¡Muchas Gracias a todos!

 

 

 

 Luego de la Misa, como una gran familia, compartimos también un ágape, celebrando junto a todos mis seres queridos el don maravilloso de la vocación religiosa. Creo que esta fue una gran oportunidad para dar testimonio de manera especial a mi familia y comunidad parroquial del don maravilloso de ser religiosa.

¡Estoy muy agradecida a todas, que me han hecho sentir su cercanía también en los llamados y saludos! A pesar de las distancias he compartido esta profunda alegría con todas ustedes. Agradezco inmensamente a todas las Hermanas que de manea especial me han acompañado durante toda mi etapa formativa.

 

“Tu bondad y tu gracia me acompañen a lo largo de mi vida”

 

 

Ha sido una experiencia muy linda de encuentro con Dios en la donación a Él y a su pueblo. Es hermoso este gran don del llamado a ser religiosa, y de manera especial Hermana Pastorcita. Ahora tengo una gran familia.

Agradecida a Dios por tantas gracias, le pido con la fuerza del Espíritu, también me conceda la gracia de la fidelidad y de estar siempre dispuesta a dar toda mi vida, mis días, mis fuerzas por las almas, como la dio Jesús Buen Pastor, siendo signo de su gran amor en medio de su pueblo.

 

Hna. Ana María Suárez, sjbp

Comunidad de Serrano (Córdoba)