Delegación Chile-Perú

“Envíanos, Señor Jesús…”

 

Durante los días 2 al 8 de febrero de 2010 las Hermanas Pastorcitas de Chile, con algunas jóvenes misioneras, participamos de una misión en la Capilla Nuestra Señora de los Rayos de la comunidad California, la cual pertenece a la parroquia San Francisco de Asís de Selva Oscura, región de la Araucanía, al sur de Chile.

 

Llegada y acogida de parte de la comunidad

 

El Vicario P. Enrique Sepúlveda se mostró muy disponible en la bienvenida y permanencia en su comunidad, facilitándonos lo necesario para realizar la misión, celebrando la Misa de envío y la de todos los días.

 

Misa de envío

 

Presentación del grupo misionero a algunas familias

 

El grupo misionero estuvo conformado por jóvenes de la ciudad de Santiago y de Perquenco, donde las Hermanas Pastorcitas estamos presentes, que durante el año se han preparado en sus respectivas comunidades para vivir esta experiencia de misión.

 

Fue una experiencia desafiante, porque las jóvenes misioneras en su mayoría son menores de edad, de diferentes realidades (ciudad-campo), algunas por primera vez se desprendían de sus padres, los días de lluvia, frío y la ausencia de agua potable y con poca experiencia de misión. Sin embargo estas aparentes dificultades fueron superadas por la valentía, la docilidad, la apertura y la mucha alegría de cada una de ellas, para acogerse mutuamente.

 

Las jóvenes misioneras

 

La participación Eucarística, el encuentro con la Palabra, la reflexión de las características propias de Jesús buen Pastor, de María Madre del Buen Pastor y el compartir nuestras experiencias vividas en la visitas a las familias, animó nuestra convivencia comunitaria y nos fortaleció para continuar la misión.

 

Encuentros con la Palabra

 

Visitamos a cada familia favoreciendo momentos de oración familiar, realizamos encuentros comunitarios con los adultos, jóvenes y niños. Nuestra misión consistió en animar la vida de los pobladores con la Palabra, nuestra escucha y alegría.

 

ñVisitas a las familias, oración y encuentros comunitariosò

 

La clausura de esta misión se realizó con la celebración de la Eucaristía presidida por el Vicario, con la participación del diácono permanente, un seminarista y las familias misionadas.

 

Misa de clausura de la misión

 

Las jóvenes misioneras, durante y después de la misión, cantaban una y otra vez espontáneamente “Den al Señor sus alabanzas…”, “Envíanos Señor…”, expresando de esta manera la alegría de sentirse discípulas misioneras de Jesús.

 

Les compartimos el testimonio de algunas de ellas:

 

Rosario López, 13 años:

Cuesta acostumbrarse a las incomodidades, pero fue una muy bonita experiencia. Fue lindo convivir con gente que no conocía, además fue interesante conocer otras realidades. Una experiencia que debemos vivir alguna vez en nuestras vida.”

 

Araceli Lazo, 14 años:

“Mi experiencia de Misión fue muy buena aunque me costó acostumbrarme a la cama, levantarme temprano, pero todo esto valió la pena porque fue una experiencia muy linda y reconfortante. Vi a Jesús en cada casa que nos recibían y en cada momento en que nos reíamos, cuando íbamos a Misa y en las personas que tenían problemas.”

 

 

Yoshi Nunura, 15 años:

“Más allá de explicar cada visita a las pequeñas casas, sentí la presencia de Dios en todo momento desde la propuesta de la Hna. María hasta la llegada a Perquenco y posteriormente California. Cada cosa que pasaba era porque Dios ya lo tenía preparado para nosotras (“Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre… te conocía y te consagré). De cada persona podíamos aprender más de ellas porque éramos de realidades muy distinta. Estoy agradecida por esta oportunidad única.”

 

Jennifer Faúndez 16 años:

“Al inicio no sabía como sería vivir en la misma casa con otras personas que no conocía, pero después de poco habíamos hecho amistades y lindas experiencias. El recibimiento en cada casa que misionamos fue muy acogedora y la participación de la gente en los encuentros me hizo sentir muy feliz. Me quedo con expresiones y momentos que quedarán marcados para siempre.”

 

Bárbara Olave18 años

"La experiencia fue muy reconfortante ya que el misionar es crear comunidad entorno a nuestro Señor Jesucristo y su Madre la Virgen María; guiar y acompañar en la formación cristiana de las diversas comunidades, en esta ocasión de California. No tuve miedo de cómo se llegaría y como sería la acogida. Se trata de una misión y uno no sabe lo que puede suceder durante el transcurso de ésta. Siempre tuve presente a Jesucristo, en cada cosa que hacía día a día, y el Buen Pastor me daba las fuerzas para continuar caminando y entregando la Buena Nueva a las familias. Estoy muy contenta por los logros que se obtuvieron en la misión."

 

Hnas. Julia Nolasco y María Paredes

Junioras