Delegación Chile Perú Misión en Huillincó, Cañete - Chile Grupo Misionero “Jesús Buen Pastor” |
Haciendo eco del mandato de Jesús de ir y anunciar la Buena Noticia a todos los lugares, 8 jóvenes (Camila, Bárbara, Jennifer, Araceli, Belén, Yoshi, María Paz y Diana), de las Parroquias donde estamos colaborando: San Francisco Solano de Santiago de Chile y Nuestra Señora de los Dolores de Perquenco, junto a las Hnas. Saveria Demontis y Mirina Ibarra, hemos emprendido la hermosa aventura de ser instrumentos de Cristo Pastor en la Capilla Nuestra Señora de Pompeya de Huillincó, donde realizaremos la misión por tres años. Huillincó, significa “Agua de la nutria” y está ubicado al norte de Cañete, en la Región del Bío Bío, al Sur de Chile.
Del 13 al 21 de febrero de 2011 nos hemos insertado en esa comunidad, compartiendo la vida sencilla y la fe de tantas personas a las que hemos visitado para bendecir sus hogares y compartir la Palabra de Dios. Ellos celebran la Eucaristía una vez al mes, pues son parte de la Parroquia de Cañete, que está compuesta por 50 Capillas.
Sintiéndonos misioneras de Jesús Buen Pastor, nos hemos alimentado cada día con la oración, la Palabra de Dios compartida, la Eucaristía, el diálogo fraterno y la vida comunitaria alegre y generosa. Eso nos ha dado la fuerza, la luz y la sabiduría para visitar, de dos en dos, a todas las familias del sector. Nos hemos encontrado con distintas realidades: familias muy pobres, ancianos solos, familias no creyentes, familias evangélicas, católicos alejados, católicos fervorosos y unidos, familias muy golpeadas por la enfermedad y la muerte, etc. Esto nos ha hecho crecer en el espíritu misionero de entrega a los demás.
Todas las mañanas encontrábamos a los niños y por las noches a los jóvenes del sector, con quienes compartíamos la oración, algún tema de reflexión y dinámicas que permitían conocernos mejor.
Con la esperanza que las personas más cercanas a la Capilla den continuidad a la misión, reuniéndose una vez a la semana para orar y compartir la Palabra de Dios, se formó un pequeño equipo, quienes se prepararon con la Hna. Saveria durante la semana de misión.
Concluimos la misión con la Eucaristía, presidida por el P. Hernán, vicario parroquial, a la que participaron muchas de las personas que habíamos visitado en la semana. |
Damos gracias a Dios por esta hermosa experiencia de misión que nos ha permitido realizar, que nos ayuda en nuestra vida de fe, y nos hace crecer como discípulas misioneras de Cristo. Tantos rostros quedan grabados en nuestros corazones para orar por ellos y animarlos continuamente.
Hnas. Mirina Ibarra y Saveria Demontis, sjbp |