Delegación Colombia - Venezuela - México

 

EJERCICIOS ESPIRITUALES

HERMANAS PASTORCITAS DE MÉXICO

   

Del 17 al 23 de junio nos hemos vivimos juntas  la experiencia de los Ejercicios Espirituales en la Casa Provincial de los Padres Combonianos en Xochimilco. El padre Vittorio Moretto, sacerdote comboniano nos dirigió en este tiempo.

 

 

Tomó como tema “La Conversión” tomando algunos textos, especialmente del Evangelio según San Lucas.

Fuimos invitadas a mirar hacia Jerusalén, a donde se dirige Jesús.  En el camino encuentra personajes como el legista que le pregunta qué hacer para obtener la vida eterna; es un hombre que siente que ama y que nadie lo ama.

En Marta, vemos que la única cosa necesaria es sentirse amado, porque quien se siente amado vive. La amistad es una virtud, sentirse amado es una felicidad.

 En la parábola del padre misericordioso, nos confrontamos con cada uno de los hijos. El que se va, para liberarse del padre, instaura la estrategia del placer. El que se queda, para ganarse al padre, instaura la estrategia del deber. Con su actitud no negaron a Dios sino la idea que tenían del Él. Ninguno de los dos tenía relación con Dios. El padre ama a los dos hijos y por eso sale a buscarlos. Con el abrazo, el padre  restablece al hijo menor en su antigua dignidad. El amor de Dios para cada uno de ellos, como para todos es gratuito e incondicional.

Contemplamos la Pasión de Jesús en un clima de silencio, deteniéndonos a mirar a Jesús que entrega la vida libremente y por amor.  En la cruz pagó por los pecados de quienes lo crucificaron y por los hombres de todos los tiempos, incluso de los nuestros. Reconocemos la importancia de anunciar el Kerigma, creyéndolo por primeras nosotras a partir de la Palabra escuchada.

En la Eucaristía, sacramento del amor, encuentro real con la persona de Cristo; agradecemos a Dios Padre que en su infinito amos nos envío a su Hijo Jesús y al Espíritu Santo, el gran consolador que además, como a los discípulos, nos animará, exhortará y guiará a la verdad plena.

Al salir de aquella casa, comenzamos a vivir los Ejercicios Espirituales en la vida cotidiana, confiándonos a la intercesión de la Virgen María, guardando en el corazón todo lo que el Señor nos ha dicho en estos días y como ella, renovando nuestro SI a Dios cada día, en los momentos de gozo y también de fatiga.

 

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