Delegación Colombia-Venezuela-México

70 años de entrega
en el ministerio pastoral

 

Con gran alegría hemos celebrado, el Domingo 05 de Octubre de 2008, en la Comunidad de la Sede de Delegación de Bogotá, los 70 años de nuestra presencia en la Iglesia. La celebración de la Eucaristía, presidida por el P. Andrés Monroy, superior de la Provincia Colombia-Ecuador-Panamá de la Sociedad de San Pablo, congregó a numerosos miembros de la Familia Paulina y a nuestros amigos y bienhechores más cercanos.

 

 

En esta solemne acción de gracias presentamos al Buen Pastor nuestra alabanza por la obra que durante estos 70 años ha realizado en nuestra Congregación y a través de ella en la Iglesia y la humanidad.

 

En la procesión de entrada confiamos a la Trinidad Santa nuestra presencia en los cinco continentes a través del signo de las banderas de las naciones en las cuales vivimos nuestro ministerio pastoral.

 

Durante la homilía, el P. Andrés Monroy recordó las circunstancias de nuestros orígenes y el papel que han desempeñado en nuestra historia congregacional los Institutos de la Familia Paulina que nos precedieron: la Sociedad de San Pablo, las Hijas de San Pablo y las Pías Discípulas del Divino Maestro. De la misma forma subrayó la importancia de conocer y valorar la propia identidad carismática al interior de la pluralidad de la Iglesia y exhortó a las nuevas generaciones a conocer en profundidad la historia y las raíces del carisma y de las obras, a fin de que sea posible permanecer en fidelidad y llevar a su madurez el don recibido.

 

 

En el ofertorio presentamos, junto al pan y el vino, los documentos de nuestra historia congregacional, la luz como signo de nuestra presencia pastoral en la Iglesia y la imagen de nuestra Hna. Elisabetta Franchi, quien nos ha precedido en el camino de la santidad pastoral y a  cuya intercesión confiamos el camino de las jóvenes generaciones de Pastorcitas.

 

Terminada la celebración de la Eucaristía vivimos un momento de compartir fraterno amenizado por un grupo de religiosos de la comunidad de la Sagrada Familia, quienes nos acompañaron interpretando música andina.

 

 

Confiamos en la fidelidad del Buen Pastor que nos ha llamado y que continúa acompañándonos y suscitando para nosotras nuevos caminos de esperanza en la vivencia de nuestro ministerio de cuidado pastoral.

 

 

Las Hermanas de la Delegación Colombia-Venezuela-México