Delegación Chile - Perú

 

Peregrinacion al santuario de Teresa de los Andes

 

 

La Peregrinación Juvenil al santuario de santa Teresa de los Andes, “un camino de santidad”, que dio inicio la Iglesia de Santiago desde 1989.

 

Es una actividad de carácter religioso que convoca masivamente a los jóvenes; este año se esperaba a 70 mil peregrinos con mucho ánimo, entusiasmo, algarabía, júbilo y sobre todo decisión de recorrer los 27 Km que hay entre Chacabuco y el Santuario de Santa Teresa de Jesús de los Andes.

Nuestra parroquia estuvo representada por la pastoral juvenil y algunos jóvenes más de otras parroquias vecinas.

 Salimos el viernes por la noche, para llegar el sábado por la mañana a Chacabuco, así unirnos a la multitud de jóvenes que ya estaban congregados; era de admirar como los jóvenes desafiaban todos los fenómenos: del cansancio, la trasnochada, el día que prometía mucho calor, el trayecto semi desértico; era como si el lema de este año  a los jóvenes los llenaba de mucho empeño para comprometerse y transformase en “luz de Cristo para el mundo”.

Durante el recorrido se fue conociendo diferentes momentos de la vida ejemplar de la santa Chilena; hoy convertida en paradigma de vida cristiana para muchos jóvenes por su opción radical de seguimiento a Cristo en la vida contemplativa.  

Cada estación trataba de animar y motivar a los peregrinos, con cantos, reflexiones, oraciones, recuerdos, frases, dinámicas, y lo que no faltaba era dar el dato cuantos kms faltaba para llegar al santuario. “Ahora les falta 20 kms, ya les falta 15 kms, Avanza que te falta 8 kms. A seguir solo falta 3 kms”. Hasta que faltando un km, se vio el santuario, con la energía que nunca se termina en los jóvenes,  se escuchaba decir ahora a prepararse para lo mejor la “Eucaristía” que fue presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz y acompañado por algunos obispos y un centenar de sacerdotes.

 

Recuerdo con que voz de pastor les decía el Arzobispo a los jóvenes: “Queremos ser luz del mundo por nuestro espíritu de servicio, además porque queremos sembrar esperanza y alegría.

 

 

Ustedes saben cuánta gente realmente no vive a plenitud el hecho de ser cristiano, en cuántos de ellos no hay alegría y en cuántos de ellos se percibe indiferencia y tristeza. Nuestra misión, entonces, es que también ellos sean luz del mundo y por eso nuestra labor es conducirlos a Jesús”.

 

La respuesta de los jóvenes fue muy positiva y decidida por otro lado en la explanada  fluía un cierto convencimiento que Santa Teresa no iba a cesar de interceder por los jóvenes  que con tanto sacrificio habían llegado un año más a este lugar donde se respira santidad, una fuerza espiritual y estimulo para seguir siendo “Luz de Cristo en el mundo”. A una semana de esta bella y extraordinaria experiencia me queda la tarea pastoral de seguir acompañando de cerca el proceso de  los jóvenes para que no se desvanezcan las gracias recibidas por intercesión de Santa Teresa, muy querida y admirada por la juventud Chilena.

 

Hna. Erika Cabrera