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			Con mucha alegría, 
			compartimos con ustedes nuestra acción de gracias por los Ejercicios 
			Espirituales que hemos realizado del 20 al 25 de enero 2008, en la 
			comunidad Beato Alberione (San Miguel, Buenos Aires). 
			 
			Hemos participado ocho Hermanas profesas perpetuas de las 
			comunidades de San Miguel, Tortuguitas, Serrano y Yacuiba, la 
			postulante María Aidé y la aspirante Liliana. 
			 
			Junto al P. Rodolfo Viano, sacerdote franciscano, de la orden de los 
			frailes menores, hemos recorrido el itinerario espiritual propuesto 
			por la Hna. Dolores Alexandre (Dra. en Teología Bíblica). Según este 
			itinerario, la vida consagrada de hoy está invitada y conducida por 
			el Señor a realizar varios “desplazamientos” según los íconos 
			bíblicos: Jonás (“ir más allá”), Ruth (“estar más cerca”), Elías (“ir 
			más abajo”), Jacob (“ir más adentro”); y luego continuamos 
			contemplando los íconos de la Samaritana (Jn 4,1-42) y del buen 
			Samaritano (Lc 10, 25-36), deteniéndonos también en la figura del 
			escriba que interpela a Jesús. A través de sus testimonios y 
			experiencias de Dios, fuimos reconociendo los desafíos que se le 
			presentan a la vida consagrada en el mundo de hoy, y afirmando una 
			vez más nuestra respuesta personal y comunitaria al proyecto del 
			Padre, para hacer vivo y tangible su Reino.  | 
		
		
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			Concluimos los Ejercicios 
			con la celebración de la conversión de San Pablo, gozosas de 
			experimentar la presencia amorosa de Dios renovándonos 
			interiormente, así como de testimoniar lo que hemos visto y oído, 
			entre nuestras hermanas y hermanos, comunidades y presencias 
			pastorales diversas que tendremos que animar en la esperanza. 
			 
			Agradecemos a la Hna. Marisa que nos ha posibilitado lo necesario 
			para estos Ejercicios; a las Hnass. Lupita y Silvia, que nos 
			acompañaron con su cordialidad y escucha, y la hospitalidad de las 
			Hermanas de la comunidad Beato Alberione. 
			 
			Jesús Buen Pastor, Camino, Verdad y Vida, continúe conduciendo 
			nuestros pasos conforme a la voluntad del Padre, en la comunión y la 
			gracia de su Espíritu.  |