Gobierno General

 

ANCHE CUBA CI ASPETTA

 

Del 6 al 10 de febrero de 2012, Hna. Marta Finotelli (superiora general) y yo, hemos compartido la vida junto al pueblo cubano de la Diócesis de Matanzas, que nos acogió con mucha apertura y alegría. En el aeropuerto de La Habana nos esperaban el P. Jesús Marcoleta, párroco de Nuestra Señora de la Caridad, en Cantel y de Santa Elvira, en Varadero, al noroeste de Cuba, y un joven, Alejandro.

 

Matanzas vista desde lo alto

 

Iglesia e imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

 

Habitantes de Cantel hacia la celebración eucarística

 

Interior de la Iglesia parroquial

 

Bajo una lluvia torrencial, que hemos interpretado como una bendición del Señor, porque no estábamos en la estación de las lluvias, fuimos a saludar, en Matanzas, a dos horas de La Habana, al obispo, Mons. Manuel Hilario de Céspedes, que nos esperaba. Él es quien ha pedido una colaboración pastoral a nuestra Congregación.

 

La tarde misma del 6, nos trasladamos hasta Cantel, donde nos hospedaron calurosamente Sonia y Gerald, un matrimonio de la parroquia de Cantel.

 

Interior y jardín de la casa de la familia que hospedó a Hna. Marta y Hna. Marisa

 

Durante esos días, de la mañana a la tarde, visitábamos con el P. Jesús las distintas comunidades que él atiende pastoralmente, donde hemos sentido de cerca la simplicidad, la acogida, la espera y la solidaridad de la gente, además de la gran necesidad y su profundo deseo de ser acompañados en un camino de fe en la búsqueda de Dios y de que alguien les hable de Él, que le anuncie de manera estable el Evangelio.

 

Momento fraterno con la comunidad de Cantel

 

Casa canonica, adyacente a la Iglesia parroquial de Cantel

 

Interior de la casa parroquial

 

Jardín de la Iglesia parroquial de Cantel

 

El P. Jesús no puede llegar a todas las comunidades, ya que son muchas, y además desempeña otros servicios pastorales en la Diócesis. Por eso, junto al obispo han solicitado la presencia de la Pastorcitas justamente porque tenemos el carisma específico de animar las comunidades cristianas más necesitadas de evangelización en comunión con los pastores de la Iglesia.

 

Hemos sido testigos de la esperanza que anida en sus corazones respecto a una presencia de las Pastorcitas en la Diócesis, sea de parte del obispo como del párroco y de la misma gente.

 

Hna. Marta Finotelli, superiora general, mientras explica a los participantes de la celebración eucarística

el motivo de nuestra visita

 

Durante nuestra breve permanencia en Cuba sentimos en todo momento la cercanía y la oración de toda la Congregación y de otras personas que nos han acompañado de cerca.

 

Particular del paisaje del noroeste de Cuba: la palma es el símbolo de la nación

 

Agradecemos de corazón a todos los que han sostenido nuestra misión en Cuba, otra porción del pueblo de Dios a la cual esperamos que Pastorcitas generosas y dispuestas a dar la vida, puedan pronto dedicarse a compartir la alegría de seguir a Cristo y de darlo también al pueblo cubano, en la simplicidad de buscar juntos al Señor.

Campana ssobre Matanzas  

 

Hna. Marisa Loser

Consejera general